Es un espanto pequeño que se esconde en las cuevas, los árboles y el techo de la casa. Se aparece a todas las personas que cogen mariposas para decirles que no las maltraten. Se formó porque un niño encerró una mariposa.
Los niños alegran nuestros días con su corazón puro, su espíritu de búsqueda, curiosidad y alegría.
Agradezco ser parte de esta maravillosa experiencia, gracias a Dios.
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